La nieve y el hielo impidieron que se jugase el sábado por la mañana, tal y como estaba previsto. Los equipos se pusieron de acuerdo para disputar el domingo el que era el último partido de la primera vuelta.
Amaya saltó al campo con las ideas muy claras: embotellando al rival en su campo gracias a una gran intensidad defensiva; y abriendo el campo en ataque para combinar tanto desde las bandas como por el carril central.
En el minuto cinco César bota un córner y Egoitz, tras un buen desmarque en el segundo palo, lo remata a puerta abriendo el marcador. Tras varias oportunidades no materializadas llegó el dos a cero. En una buena triangulación, Ibán deja el balón de cara a César, quien desde la línea de fuera de juego de un potente zurdazo lo envía a la red.
En un contrataque tras un saque de esquina el delantero de la Mutilvera se queda solo ante Haritza, quien nos deleita con una gran parada. Tras varios rebotes el balón acaba en gol, en una jugada de verdadera mala suerte. Con el dos a uno se llegó al descanso.
Los locales dominaron también el segundo tiempo. Sólidos en defensa e iniciando el juego con criterio desde los dominios de Sebas y Eneko crearon numerosas ocasiones. La más clara un penalti que Aitor mandó al palo. Ni el seis ni el equipo se vinieron abajo y continuaron jugando un gran partido.
Urko y Marco desde la banda derecha y Aimar y Egoitz desde la izquierda ganaban la espalda constantemente a sus defensores generando mucho peligro. Curiosamente, el tres uno llegó por el carril central: César pasa el balón a Ibán, quien con una bonita pared se lo deja dentro del área, el diez no perdona cruzando el balón ante el portero para marcar el gol de la tranquilidad.
En uno de los numerosos saques de esquina de los que dispusieron los locales llegó el cuatro a uno. César lo colgó cerrado al área pequeña y un defensor rival en su intento por despejarlo lo introdujo en su propia portería.
Con un marcador tan favorable, en los cinco minutos finales los de Beloso bajaron la concentración. Esto, unido al empuje de los blancos y a la mala suerte, se tradujo en dos goles de los visitantes, el cuatro a tres en la última jugada del partido. Goles que sirvieron a los de Mutilva para maquillar el resultado, y a los de Amaya para recordar que cuando no se defiende a tope eres vulnerable ante cualquier equipo de la categoría.
Destacar la buena disposición y el compromiso de los chavales de ambos equipos y de sus familias. Gracias a las cuales el partido que no se pudo disputar el sábado se jugó a la mañana siguiente.
Anónimo
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