Los locales
saltaron al campo con un ocho poco habitual en el que varios chavales jugaban
en posiciones en las que normalmente no lo hacen. Eso sí, el modelo de juego fue el mismo, empezando la circulación
del esférico desde los dominios de Pablo y Haritza. Junto con el resto de sus compañeros
demostraron que se están convirtiendo en unos expertos a la hora de sacar el
cuero jugado desde atrás, aun a riesgo
de generar más de un infarto entre sus aficionados.
Los rojos
dominaron el partido desde el inicio llegando continuamente con peligro a la
portería rival. La primera ocasión clara fue una falta que Aimar envío
ligeramente desviada sobre la escuadra izquierda. Seguidamente Egoitz tuvo dos
mano a mano con el portero que no logró anotar.
Urko, Aimar
e Ibán también probaron suerte pero el primer gol se hizo esperar. Lo anotó
Aitor de un potente lanzamiento de falta ajustado al palo.
Los verdes
también tuvieron sus opciones pero Haritza, muy seguro bajo palos, se encargó
de desbaratarlas.
La segunda
parte continuó con dominio rojillo. Vimos a un equipo con mucha movilidad, que
generaba abundantes ocasiones de gol. Sebas y Eneko lo intentaron con disparos
lejanos, pero el segundo llegaría en una brillante triangulación con la que
Egoitz se quedó solo ante el portero, para ceder el cuero a Lucas que lo colocó
en la red.
En pleno
dominio local llegaría el tercero fruto de una vistosa jugada individual de
Aitor, que terminó con el balón despejado sobre la línea de gol por un defensa
del Gazte. César, que había seguido inteligentemente la jugada, convirtió el
rechace en gol.
Los
visitantes tuvieron tres ocasiones clara pero se toparon con la madera y con
Pablo, que volvió a conseguir dejar la puerta a cero.
Cabe
destacar el trabajo de todo el equipo, en especial el buen partido realizado
por Marco, Ibán y Egoitz en posiciones y tareas diferentes a las que realizan
habitualmente. Dejando claro que la polivalencia de sus jugadores es una de las
virtudes de este equipo.
Anónimo
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