Bajo un sol radiante se disputó el partido en
la mañana del sábado en las instalaciones de la Ciudad Deportiva. Desde el
pitido inicial fueron los rojos los que dominaron el juego, gracias a una gran
intensidad defensiva y a la claridad de ideas que mostraron en ataque.
César, a pase de Ibán, inauguró el marcador
al finalizar una bonita jugada colectiva. Empató el Mendillorri en un saque de
esquina, en la única ocasión que llegó a la meta defendida por Haritza en el
primer tiempo.
Los locales, fieles a su estilo de juego,
siguieron presionando fuerte. Presión, que a los tres minutos del empate, dio
sus frutos al recuperar Aitor un balón y mandarlo a la red de un potente
disparo desde fuera del área.
Poco después, cuando aún no se habían
cumplido el minuto veinte, en un choque con un jugador rival, Aimar recibió un
fuerte golpe que, aunque afortunadamente quedó en un susto, le obligó a
abandonar el terreno de juego. Circunstancia que dejaba al equipo sin cambios
de jugadores de campo. Iñigo y Giro ordenaron retrasar la línea de presión para
minimizar el desgaste físico. Los jugadores, muy meritoriamente, se adaptaron
rápida y eficazmente a ese cambio táctico.
En la reanudación los blancos salieron muy
fuertes en busca del empate. Los de Beloso continuaron mostrando una gran
solvencia y no dieron opción: empezando por Eneko y Sebas muy seguros atrás,
tanto en labores defensivas como en la iniciación del juego de ataque; y
continuando con el resto de compañeros que demostraron tener bien aprendido que
el ataque comienza en el trabajo por recuperar el balón. Aun así, los
visitantes tuvieron dos ocasiones claras que Pablo se encargó de desbaratar.
El gol de la tranquilidad lo marcó César al
ejecutar magistralmente una falta colando el balón por el palo del portero. A
partir del tres a uno, el Mendillorri perdió empuje y Amaya se hizo con el
control total del partido.
Dominaron el centro del campo recuperando
muchos balones, especialmente en banda izquierda donde Marco jugó un partidazo.
Combinando con sus compañeros del carril central, para que Urko desde la otra
banda llegase al área para rematar. El dos de Amaya anotó dos goles: el primero
aprovechando un pase de César al punto de penalti desde donde cruzó el balón
lejos del alcance del portero. El segundo, en jugada de
estrategia en un corner, al enviar el cuero al fondo de las mallas para firmar
el definitivo cinco a uno.
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